Con las mejoras de indicadores de salud asociados a la coyuntura sanitaria por pandemia (Covid-19) se plantean retornos a oficinas, sin embargo por el desgaste generado durante los casi dos (02) años en confinamiento con teletrabajo vale la pena conocer la importancia del por qué implementar el modelo híbrido.
Como lo señalamos en anteriores publicaciones en nuestro blog, el denominado modelo híbrido que recientemente se presentó como una alternativa de gestión del trabajo post-pandemia, no es una novedad. Entendiendo la «hibridad» como la flexibilidad de las reglas de asistencia y recurrencia al trabajo, debemos recordar que éste no existe sin la presencia de un fenómeno como el teletrabajo, el mismo que existe desdela década de los 90 cuando ya era factible remotizar el trabajo y laborar a través de la red.
Por tanto, partiendo de la idea de que implementar per sé un modelo «híbrido» implica aceptar la convivencia con teletrabajo, es importante valorar las ganancias obtenidas por éste durante la temporada de su ocurrencia destacando con ello las buenas prácticas obtenidas. A ello debemos sumar un análisis de diagnóstico de aquellas situaciones que no fueron tan favorables o sobre las áreas, o procesos donde se dificultó la tarea. Por ello, hablamos de un estudio de diagnóstico técnico de procesos teletrabajables el mismo que es sugerible sea aplicado por un externo a fin de poder analizar con mejor ductilidad y propiedad los niveles de impacto de la remotización deslocalizada y productiva de procesos.
Hemos apreciado a la fecha que el retorno se viene consiguiendo de manera escalonada sin presencia de una estrategia, sólo lo asociado a las medidas de aforos por coyuntura sanitaria (los mismo que incluso ya para la fecha del presente artículo, ya se encuentran bastante liberados); sin embargo no se aprecia la posibilidad de mantener un modelo de teletrabajo, considerando sus grandes aportes y beneficios.
Actualmente es clave que las empresas puedan reconocer con claridad un análisis especializado respecto al diagnóstico de procesos que pueden ser teletrabajables, a su vez las áreas que pueden por ende tener mejor predisposición, sobre ellas las posiciones (puestos/cargos) que tendrían mejor predisposición y finalmente las personas. En todos los casos deben hacerse de manera técnica y siguiendo criterios que permitan concluir en las interacciones y el sustento de por qué una persona debe ir a la oficina a hacer algo distinto, y además la cantidad de días (interacciones: 3×2, 4×1 o 5×0, dependiendo del nivel de teletrajababilidad del puesto).
Finalmente, de cara los retornos estratégicos de la mano a lo antes expuesto se encuentra la definición de tipos de dinámica que se utilizarán en oficina ya que la tendencia de entornos colaborativos nos induce a promover nuevas formas de concebir los procesos estratégicos, los creativos, los de innovación, los de soporte, los de supervisión y control, los de operación y negocio, así como los de atención al cliente y de comunicación. Para todo ello, será recomendable asesore con especialistas que nos ayuden a arribar con claridad a dicha planificación.
Recomendamos que el retorno a oficinas y la implementación de modelos de trabajo bajo el enfoque híbrido se asocien a estrategias planificadas y de mejora continua que procuren un crecimiento sostenible de los beneficios e impactos que puede generar a nuestros procesos y metas, el enfoque colaborativo+teletrabajo.
Lima, 13 de febrero de 2022.
TW.Solutions (c)
Buen aporte.
Muy acertado el tema que se plantea, ya que la tendencia mundial es matener un esquema hibrido de trabajo presencial y teletrabajo, para lo que aplicar una adecuada planificación y mejora continua en los procesos es fundamental.
Felicitaciones al equipo de TW Solutions